viernes, 7 de octubre de 2011

MADE IN TAIWAN, porque hasta el amor trae pegada la etiqueta, de Mónica Gameros


MADE IN TAIWAN,porque hasta el amor trae pegada la etiqueta
Monica Gameros
Editorial LETRA NEGRA
Octubre 2011
Guatemala


Prologo


Hacer del amor un icono industrial

Sales una mañana a buscar el amor, enciendes el ordenador y sistematizas las ideas. Al principio lo piensas, ¿será el día apropiado? Luego, sin más ambages, te lanzas a la tarea; entonces, ordenas, primero por clasificación alfabética, luego en orden de aparición y por último ya no te importa, solo lo deseas establecer una ruta para encontrarlo. Sales urgido, compras un café, te topas con Mónica, apenas le sonríes, casi un rictus de ironía. La vez allí, tan ella, con sus papeles. Te alejas para no aceptar el fracaso. Todo está mecanizado, incluso el amor, te dijo una vez. No le creíste. Ella es una persona con filo, pensaste cuando expresó esa frase. Pero en el mundanal ruido de la ciudad no encuentras un resquicio de paz, no existe. Te escondes en el sexo, las drogas y la rutina de la vida. Luego de unos días, el óxido es terrible. Al final, no sabes cómo encarar la vida y gritas ¡fraude! Te lo repites, lo dejas posteado en tu blog. Haces una consigna de esa causa. Frase y fraude coinciden. Luego de unos días, te repones. Pero sigues sin encontrar el amor. Vuelves a la calle. Hay varios millones de habitantes y justo en una esquina te la encuentras. Sonríes, le tiendes la mano. Ella apenas te mira, halagada en su acento, te entrega un legajo. Papeles con incrustaciones. No sabes cuál debe ser tu proceder, así que los tomas y lees, Made in Taiwan. Sorprendido, le miras fijo. Abres los ojos como lunas en ocaso. ¿Esto para qué me sirve?, la increpas. Ella no te contesta, se da la vuelta y se larga. Así, solo y confundido, te quedas en una esquina, dando alaridos en esta ciudad que se consume en desilusiones. No es Taiwan, es esta ciudad, la tuya. Con la rabia propia de la derrota, la intentas seguir, pero ella no deja un rastro, es una ruta y te debes encarrilar, así que abandonas la empresa. Te pones a leer iracundo el texto. Al final, te duermes, sueñas con el amor y encuentras a una muchacha que dejó un texto en la esquina del tiempo, donde se lee, “porque hasta el amor trae pegada la etiqueta”. Despiertas, la ciudad se ahoga en “etiquetas” y todas traen el sello del amor. Etiquetas rosas o arcoíris, con olores y formas suaves, para todos los gustos y con la adopción para todos los estratos sociales, etiquetas industriales del amor, pero no lo comprendes. Piensas que eso no es el amor que buscas, en definitiva, no es amor, tal vez es un tráfico de influencias con beneficios a terceros. Entonces, te inventas, liberas tu corazón y vuelves a soñar con las palabras de Mónica. 

Armando Rivera






Made in Taiwan

porque hasta el amor trae pegada la etiqueta

Mónica Gameros











(Primer acto)







ADIVINO



Las nenas siempre llaman/ ríes/ y yo, que todo lo que poseo

son estas ganas de tenerte/ desespero/

            y tú/ herido/ no quieres creer más.



¿Qué hago con estas ganas de tenerte?

            Admiro tu cordura para contenerte/ reprimirte/

para no dejar salir todo eso que sentiste al conocernos.



Qué cuerdo eres al bajarte de mi nube para admirar el atardecer

incendiando al mundo entero.

¿Cómo hago para expulsar tu sonrisa de mi cabeza?

            ¿Cómo hago para asesinar tu desconfianza?



Quiero viajar hasta tus sueños/ sostener tu mano/   Seguir en vuelo

para no dejarte caer/ Mas/ tu falta de fe/ es de concreto.



Qué envidia me das/ Ojalá me enseñaras

a contener la euforia que me provocas.





Carta vacía #1



Hoy, a primera hora,

descubrí que te busco en las sombras,

en las esquinas del recuerdo de ti

de tu cuerpo de tu voz en eco…









Carta vacía #2



Sigo pensando en el silencio

que se ha roto entre mis dedos









Carta vacía #3



ESTA MAÑANA REVISÉ MIS ALAS EN LA REGADERA

No te preocupes/ siguen intactas/ les han salido musgos de colores/

No pude evitarlo/ mis lágrimas ya no sirven de nada/

he llorado hasta sentir sed y mis alas no sanan/

me doy cuenta de mi infantil necedad…



Emprenderé el vuelo más tarde/ cuando me canse de pensarte/

cuando deje de verte en mis sueños/

cuando ya no escuche tu voz llamándome.



En tanto eso no suceda/ secaré mis alas enmohecidas  

            y les pondré aceite de violetas cada atardecer

            hasta que deje de confundirte con todos los rostros del mundo.



Ese día emprenderé el vuelo y te abandonaré en un bote de reciclaje/

            Tal vez alguien te encuentre y te lleve a casa/

Tal vez te guarde en una de las cajas de madera

que haya vendido en el parque un domingo/

o quizá te vea y te admire/ sin tocarte ni un día/

            hasta que me canse de ti/ hasta que te deposite

en el cesto de la basura inorgánica/



Te lo digo porque no vives/ Te pudres con el dinero que llevas encima.



Algunas tardes acceso al archivo de mi memoria para verte en exhibición/

como en un museo/ al compás de mis pasos

en la sala donde te exhiben con morbo.

Ya frente a ti/ me masturbo y bostezo/ sin pudor.



A veces me da por llorar al recordarte/ Gimes por los segundos que se gastan/

            sollozas sin control como 1 bebé sin palabras/

como si eso detuviera el tiempo & no te das cuenta

de que en realidad aquello/ ni siquiera existe.



A veces te veo y me cansa/ luego escucho tus preguntas/ una tras otra/

            Tras,    tras,    tras/ Preguntas sin pausa/ & cual forense/

metes tus dedos afilados en mi vágina

para limpiar el semen de cualquier otro.

No te detienes a pesar de mis gemidos

            y lo único que logras/  es que te aborte de mi corazón.




Ph0ENiX

Del violento amor,

a la pacífica soledad…



(Tercer acto)

Nota muy importante: lea las instrucciones antes de comprar.



            Si el amor no parece violento ante sus ojos, leer esta retahíla de pensamientos no le será útil. Mas, si por el contrario es usted un(a) romántico(a), suicida; leer estas notas podrían evitar que cometa el acto final de su perfomance.



Como la autora es residente de una gran urbe, debe leer las líneas como si buscara las notas de una canción que le llevarán por la violencia del amor; por la desesperante incomprensión del otro y por la locura del pensamiento, hasta llegar a la idea del suicidio, para luego retornar de las cenizas y olvidarlo todo en medio de la calma y la paz que la fría soledad otorga.



A fin de cuentas, hay cosas más valiosas por las que vale la pena inmolarse, más poderosas que el desdén del desengaño amoroso, mismo que no es otra cosa, que el fin de la reacción química neuronal y hormonal que nos hace creer en ese invento rosa y cursi, envuelto en celofán, al que llamamos, A M 0 R…



La autora


HURACÁN, A VECES AIRE



(Una vez  que remueva las cenizas,

la llama tiene más oxígeno para persistir,

no obstante, podemos jugar con ello,

si la cubrimos con los puños de tierra y la pisoteamos,

de esta forma la llama tendrá que luchar contra la sentencia

y buscar intervalos en los movimientos que hagamos

sobre la hoguera que tratamos de extinguir…)





La espiral infinita de tu ego me traga

mientras tus dedos se revuelcan en mi centro/

            El vértigo de la caída me domina

            y tú juegas a la ruleta rusa con mi corazón como prenda.



Me provocas como a una loca eufórica/

            Ando por las aceras tristes y grasientas/

            recorro las veredas de concreto

a pesar de la tristeza que las adorna/

            a pesar de todos los que marchan junto a mí.



1,  2, 3, 4 tenemos que trabajar…

            1,  2, 3, 4 tenemos que gastar…

            1,  2, 3, 4 tenemos que adelgazar…

            1,  2, 3, 4 tenemos que buscar a quien amar…



La masa no me causa interés alguno/

            yo sigo la marcha/ veloz/ en silencio

            para que no se den cuenta de mí/

            para que no me corten las alas que traigo de contrabando bajo la blusa.



1,  2, 3, 4 tenemos que avanzar…

            1,  2, 3, 4 tenemos que balbucear…

            1,  2, 3, 4 tenemos que lidiar con la crisis y sobrevivir…

            1,  2, 3, 4 somos el bronce que lo aguanta todo…

 incluso la soledad…



Sonrío como idiota/

            los demás sólo dejan entrever

una mueca a la que llaman felicidad/

            Continúo la marcha sin dejarme notar/

            disfruto cada archivo de ti/

reviso -uno a uno-

            los fotogramas que ponen en peligro de extinción

mi conveniente amnesia.



Sonrío cada día/ a cada paso/ escucho las voces de otros…

            Sonrío tanto que la angustiosa pobreza me resulta un caramelo/

            luego entiendo que mi sonrisa es producto de una ilusión.



Te busco ansiosamente en el canto de los otros que quieren fornicar/

            Quisiera verte en medio de los autómatas que caminan junto a mí/

            sin gestos/ sin muecas/ muertos/

deambulando sin sentido.



1,  2, 3, 4 piensa en las deudas…

            1,  2, 3, 4 mejor que no llegues tarde…

            1,  2, 3, 4 ya es viernes/ vamos a fornicar…

            1,  2, 3, 4 porqué has de estar sola

 si ese ya te quiere olvidar…



A los autómatas/ los ojos se les revelan/ se alejan de mí

sin saber bien porqué/

            me ven como  a una psicópata/

            se extrañan de tanta felicidad en mi sonrisa

& tratan de adivinar/ en qué momento

sacaré un rifle y tiraré a matar.



1,  2, 3, 4 les doy miedo pero también me quieren dominar/

            1,  2, 3, 4 déjate querer/ vamos a jugar.

            1,  2, 3, 4 si te tuviera en el lecho/ jamás te dejaría descansar.

            1,  2, 3, 4 si aceptarás mis consejos/ no dejaría de fornicar.



La imagen me resulta irónica/ en estos tiempos

bien podría convertirme  en una suerte

            de cupido apocalíptico/

            una francotiradora sin piedad

buscando víctimas entre la masa humana.



1,  2, 3, 4 deja de pensar/ tómate un trago/ déjate fornicar.

            1,  2, 3, 4 eres tan hermosa y tus piernas esplendidas/ deja de pensar.

            1,  2, 3, 4 yo podría ayudarte a olvidar/ bebe mi veneno/ come  de mi ácido

            1,  2, 3, 4 te regalo lo que quieras/ vamos a fornicar.



Ahí/ desde la torre más alta de tu egoísmo/

            te vería caminando como un huérfano sin dirección.

            ¿Me buscas?/ gritaré en el altavoz de mi telepatía/

            sin resultados/ te pondré en la mira/

            tiraré a matar.



1,  2, 3, 4 ahora que puedes/ diviértete nena/ deja de recordar.

            1,  2, 3, 4 ese idiota no sabe lo que perdió/ déjate amar.

            1,  2, 3, 4 podría resolver tus angustias y amarte sin cesar.

            1,  2, 3, 4 déjate fornicar.



Cansada de llamarte/ en mis fantasías

me veo a mí misma/ parada en la azotea/

            con ayuda de la ojiva/ te busco para tirarte una de mis balas/

            imagino verte caer en medio de todos/

            vaciándote/ sin que nadie te mire de reojo/

            sólo pasarán de largo y evitarán ensuciarse

con la cascada de tu corazón.



Tú seguirías en la acera/ exterminado de un solo tiro/

            del único tiro de mi escopeta/

            asesinado con la pólvora de mi memoria.



¿Me buscas?/ Te grito en el altavoz de mi telepatía…

            Sin respuesta alguna de tu parte/

            me tiro al vacío y el huracán se convierte en aire/

y yo en pluma/ y floto para no caer estrepitosamente

y morir/ para mantener esta sonrisa idiota al pensarte.




Quebrantada me motivas



(Cómo es que el rencor

motiva la búsqueda de libertad,

nadie lo sabe.



Sin embargo, sin éste,

nada sería posible.



Gracias a éste rencor transmutado

en ansiedad de libertad,

el ave Phoenix reinicia el vuelo.





Lo conseguiste fácilmente/ te escuchaba

y sabía muy bien que te habías agotado/

            que no tenías más para ofrecer/

            que todo en ti era hueco/

como los huesos del perro bajo la mesa.



Sentados en medio de la nada/

            absorbiendo alcohol desaforadamente/

            a cada gota/ se iban sumando ante mí/

los días junto a ti/

            los segundos en que te escuché

decir/ una y otra vez/ la misma necedad.



El desfile nutrido mostraba tu desconfianza/

tus recelos/ tus dudas/

            tus miradas supuestamente aniquiladoras.



No sabía cómo responder/

            si lanzarte por el vacío como hiciste tú conmigo/

            si vaciar sobre ti la mierda de la noche/

toda de un tajo sobre tu funesta cara/

            sobre tu sonrisa idiota de yo me las sé todas y a mí no me engañas.

           

No sabía si golpearte como alguna vez lo pediste/

            o simplemente huir por la salida de emergencia/

            correr en silencio/ escapar de tu locura etílica/

            sobreponerme para escuchar tus bobadas del día siguiente/

            tus disculpas/ tus promesas de amor/ tus deseos de heredar…



Lo pienso de nuevo/

            todo corre en velocidad muy lenta.

            En vez de trágico me resulta cómico/

            en vez de llorar me río de mí misma/

            de mi impaciencia/ de mi ceguera/

            de mi propia necedad.



Dices que me amas pero me dañas.

Seguro/ mañana querrás fornicar de nuevo/ y te sabrá a gloria/

            a conquista/ a victoria/

            mientras que yo/ sólo me sentiré pisoteada/

            atrapada entre tu odio y el placer efímero del sexo/

            cosa que a decir verdad/

            me enferma y desespera.



Ahora ya no hay vuelta atrás/

            Ahora por más que te quiera, tendré que olvidarte/

            tendré que ser congruente y cumplir mi palabra/

            salvar mi cabeza de ti y de tu ponzoña/

            borrarte como ya hice con todo lo que de ti

flotaba en mi ordenador/

            borrarte y no volver a escucharte.



Estoy quebrantada/

            pero me dispongo a juntar las piezas/

organizarlas de nuevo/

            y montar otra vez el performance continuo de mi vida/

            el que había dejado a un lado al conocerte/

            el que nunca debí aplazar/

            el que me salvaba de tus estupideces hechas deseos.



El veneno que me provocó amnesia/ desapareció/

            y lo recordé todo en el primer segundo

en que diste la vuelta

            para seguir con la mitomanía tuya

de que eres un dios incomprendido.



No creo que lo entiendas del todo/

            ser Dios no es tan simple/

no es como tomar una pistola y volarte los sesos/

            Eres tan humano como el piloto que te llevó en el jet a casa/

            tan humano como cada uno de los mortales que se han acercado

que se han espantado/ que han corrido/ que se han azotado y abrumado/

que han desaparecido

            al presenciar el resplandor de mi libertad…



Daré el último click en la pantalla y cerraré la hoja.

Esta retahíla de versos será el único vestigio de ti/

            un documento histórico/

            un registro de tu paso por mi universo/

            una advertencia más/

            otra experiencia/ como tú decías/

            otra más…



 (Extínguete.

             Ya no me importa)



            Click…

4 comentarios:

  1. Poeta que llevas más allá de palabras
    al sentimiento más escondido y con ello
    despiertas recuerdos adormitados que como
    mujer presumo, es notable tu evolución en
    cada libro, tu soltura, tu forma de doblegar
    el corazón con la imaginación, te felicito
    Mónica, este libro tengo que tenerlo!

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  2. Voy a recibir unos cuantos, te aviso cuando lleguen, saludos

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