viernes, 7 de octubre de 2011

La Mente del Fuego, de Mariana Garrido (Chile), COLECTIVO ARTÍSTICO CULTURAL RÍO NEGRO

La propuesta literaria de Mónica Gameros
Hace unos meses, con admiración a los estudiantes chilenos escribió “Hoy soy la mecha prendida/ la tinta vuelta transformada gasolina/ la voz sumergida en indignación (…) porque si no es en medio de la guerra que se tiene que hacer poesía/ no lo será tampoco en medio de la calma/La verdad no entiendo la paciencia/ la verdad/ hoy/ soy una bomba molotov”
Mónica Gameros, nacida en 1971, México DF. Poeta y editora independiente, creadora de Start Pro con Israel Miranda, dio inicio a la Poesía de la Era del Vacío que compila su obra y la de 40 poetas mexicanos dentro de la Colección DESTOSDEMEDOS. Además es periodista, productora de radio, fotógrafa y artista visual. Todo un cóctel explosivo para la creación literaria de una poesía aguda, también en formato cuento, en tiempo real que yace frente a nosotros como un televisor, como un diario que no esquiva el día a día, los sucesos cotidianos así como los trascendentales “Ser feliz es accesible/ Se compra en cajitas con diasepam/en té relajante/ en una montaña de tabaco”, desigualdad social, la lucha contra los poderes unilaterales que desplazan a los marginados en cada rincón del mundo.
Su pasta de periodista le hace hincar el diente en la política, la realidad latinoamericana, que defiende enardecida y lleva como bandera en este fragmento de historia en la que vivimos, donde las revoluciones y el levantamiento de la sociedad reclama ante el abuso “América/ del trigo vengo & el maíz está en mi sangre/ soy mar/ del río caigo/ Soy espada/ soy jade/ soy guerra/ violencia/amor impuesto”.
Su faceta visual traslada a una imagen sacada por una cámara desde sus manos, a mirar junto a su ojo detrás del visor, a una visión de testigo invisible en medio de la guerra, de una ciudad sin pausa, desde el centro de una flor donde a pesar de todo se siente niña “soy palabra en medio de la niebla, una cruz blanca en la guerra, una granada que cae entre tus hijos”
La sensación de esa bomba molotov que es, cargada de imágenes, franqueza, ganas de decir, porque esa es la única manera de ser escuchado, odiado u amado. Nos trae crítica pero no por ello le escapa a las metáforas y a la estética, a la naturaleza. Trae viento, huracanes, cerros nevados, fuego. Pero sobre todo mucho viento. El viento que todo lo arrastra, erosiona, que pule las ideas dándole la belleza de un acantilado tallado. La naturaleza presente, como la energía que de ella brota, desde el centro de la tierra, naturaleza que se revela frente al hombre, que al fin y al cabo se ve disminuido frente a lo sublime“No tiene sentido acrecentar los miedos/ carece de importancia/ la libertad completa y absoluta es como romper el viento”
Tiene tanto para decir, que “Las palabras se me escapan/ los calificativos son inútiles/ no alcanzan para describir lo que dentro de mí estalla.” Su fuerza en la palabra se acrecienta y es capaz de reconstruir paisajes como destruirlos “a cuatro manos arranco latidos al tambor de la creación/ mi mano izquierda es lengua de fuego/ ojos por huellas/ llagas por palmas/ destruyo al universo”
Y de la guerra atraviesa un puente hacia el amor, que es más o menos lo mismo, protagonista, alimento de esa lucha constante que puede tambalear frente al poder del adversario“Es raro el amor/ es un monstruo que nos aguijonea y luego nos abandona en el basurero/ a merced del idealismo/ del vacío/ de la adicción”
Todo este cóctel se sitúa en la boca de Mónica Gameros, y leerla es involucrarse en su lucha, en su desparpajo, en el campo de batalla en que se encuentra la palabra, nuestra mejor arma que antecede o acompaña a la acción que moviliza masas, y abre mentes con un trozo de corazón en las manos, con el amor a lo que le pertenece y nos hace ante todo, instituciones personales parlantes.

Fuente: http://colectivorionegro.cl/?page_id=3976

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo con la autora de este texto, enhorabuena Mònica por este blog.

    Vendrè màs seguido a leerte en este espacio.

    Un abrazote,

    Antonieta Zenteno

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