domingo, 24 de julio de 2011

ESTALLIDO



ESTALLIDO
Mónica Gameros
Edit. Cascada de Palabras, cartonera
México, DF 2010

PRÓLOGO


MÓNICA GAMEROS
EL ÁNGEL CAÍDO QUE SE REBELA DE NUEVO

Tulio Mora


Ya casi no se encuentra lo que en los años 50-70 del siglo pasado se denominaba, así sin más, “poesía política”. No se derrumbó solo porque los pontífices de la pureza de la palabra tuviesen rubor de la voz alta y discordante que comprometía a la belleza neutral en incómoda posición frente a la cotidiana brutalidad de las desigualdades sociales; también el tren bala de la historia que bifurcó sus caminos, cancelando los rieles de la falsa utopía, la arrojó al olvido en algún puente. Eso que se llamó el fin de la historia, casi 20 años antes ya había sido el fin de la palabra poética airada, de sentimientos contrariados entre el llamado a la rebelión y la ternura del día de la esperanza.

No era tan fácil, por lo demás, mojar sobre llovido. Repetir la estética de la profecía de Pablo Neruda, César Vallejo, Efraín Huerta, del mismo Octavio Paz en sus cinco segundos de brigadista internacional en la España republicana, aún era posible hasta la Espiga Amotinada, Roberto Fernández Retamar, Jorge Enrique Adoum o Juan Gelman, ya en los 60-70. Después la comba que derribó el muro de Berlín desladrilló el mundo de la Guerra Fría y con él se desvaneció la poética de la ira.

Por otro lado, ¿quién no ha escuchado cientos de veces y visto la película de los Pink Floyd “The wall”? Contradictoriamente, en el video clip de esa canción lo que vemos y tarareamos no es la caída del muro de Berlín, sino la biografía resignada de un ciudadano-ladrillo más del capitalismo, de un invisible e insignificante escolar, desmintiendo a Bertolt Brecht (otro poeta anatematizado ideológicamente) para quien la gran muralla china o las construcciones egipcias y hasta las de la América prehispánica no homenajeaban con su permanencia al monarca que ordenó su monumentalidad, sino a los esclavos que habían vengado su miseria en ese desafío de arañar el cielo con las manos enlodadas. El mito de Sísifo en versión de Camus: la fatalidad de la esclavitud convertida en venganza secreta. Echaré a rodar una y miles de veces la piedra de mi destino cuesta arriba de la montaña y me divertirá viéndola caer esas miles de veces y así toda la eternidad.

¿Pero qué diablos es la eternidad para un ladrillo? Las montañas podrían decirnos algo. También Mónica Gameros que ya en un contexto de plena imposición del neoliberalismo globalizado se propone, como el ángel caído (“Caída libre” se llamó su anterior libro), en cuanto toca el suelo volver a alzar la voz de la rebelión. “Rebeldía poética” puede entenderse de varias maneras pero la principal es que cuestiona de nuevo a la palabra descomprometida, que hoy no se llama pura, sino “poesía de la palabra” y está tan de moda entre los poetas profesores latinoamericanos que enseñan en los EEUU envolviendo la alabanza de la vieja estética reaccionaria en nuevo paquete.

Ya se sabe: quien no quiere hablar de las guerras de Iraq y Afganistán, de las tres cuartas partes de la humanidad empujadas a un destino de irreciclables, del deterioro planetario (por fin la constatación de la fatiga de una tierra devorada por el apetito incontinente del sistema es más elocuente que las ideologías), de las políticas migratorias racistas, es porque vive del sistema y en esa condición el silencio, el sagrado y místico silencio de los cómplices se vuelve artificio, mentira, barroquismo, neobarroquismo, medusario que obtiene becas, premios, viajes, publicaciones internacionales.

Aquí es donde Mónica Gameros se subleva porque, aparte de saber que es un ladrillo más, pero capaz de arrojar su poesía contra los elegantes vitrales de las tiendas de firma, nos recuerda que la felicidad es delictiva (“sólo un imbécil puede hablar de la felicidad en este mundo”, declaraba un agudo historiador peruano antes de traicionarse éticamente), que no quiere lectores pasivos, sino enardecidos, empujándonos al sádico amor que arroja a los amantes a la mutua mutilación.

No nos equivoquemos: eso que pasa por claridad iracunda no es literatura de propaganda, sino la osadía de caminar por el precipicio de la llaneza y lograr sortearlo. Estos poemas también podrían ser letras para conciertos de rock heavy metal, imaginemos cantados en un estadio con la consigna de liquidar al sherif global. Palabra de la nueva anarkía (así, con “k”), “maremoto apócrifo”, de kamikaze, ladrillazo contra todos y todo: contra el falso revolucionario, contra el inútil poeta dios (ese hacedor del silencio con tarjetas de crédito). Poemas de indignación, viviendo en la ciudad del caos (lo mismo da que sea Nueva York o el DF o Calcuta) e intercambiando con su doble o clon (mg2) las confesiones de una habitabilidad irrespirable. Es otra manera de hacer poesía política con identidad explícita:


[IDENTIDAD]
Soy poeta porque no pienso callar/
porque no dejo de pensar/
porque no dejo de amar.

Soy poeta porque no podré olvidar tus palabras/
soy guillotina para tu discurso/
navaja pendiente de tu solapa.
Aguardo el momento para cantar
loas al odio que no me deja olvidarte.

Soy la kamikaze que explotará con versos
todas tus mentiras dispuestas en coro
para el concierto donde tú quieres ser DIOS

Soy la terrorista de tu vida/
Soy el eco que no puedes callar/
Soy poeta/ escribo/ te exhibo

En el siglo XIX los anarquistas, esos ultra individualistas conmovedores, habían declarado la guerra al sistema nada más que por sí y ante sí. Se negaban a tener un partido, organización y a veces hasta cómplices. La suya era la inmolación casi refleja echando bombas por extravagante exasperación. Un día de 1891 Ravachol decidió poner un artefacto explosivo en el edificio donde vivía un juez que en su opinión representaba al poder francés. Fue su manera de responder a una masacre en la que 44 trabajadores fueron asesinados por las fuerzas del orden. Por suerte la bomba de Ravachol no ocasionó muertes y cuando fue arrestado la policía le advirtió que se había equivocado de piso. Solo respondió: “para mí todos son iguales que el juez”.

Pero el sentido con que Mónica Gameros se declara “anarkista” es de quien quiere que su voz se oiga, que la sordidez del poder no la acalle, que el sol la acaricie y proyecte su sombra en la tierra, que sig-ni-fi-que, esa condición básica de la escritura crítica para borrar la in-significancia de las jerarquías del sistema. Es la voz del ángel caído que se alza cuando México se desangra.

Lima, julio de 2010







Primera parte
DEL ESTALLIDO DEL PERFECT SOUL
El cielo se congestiona con mi aliento


[NADA IMPORTA]
No importas EN ABSOLUTO.
Sólo importa SER FELIZ
Ser feliz es fácil
Se puede comer/
inyectarla en tus venas/
insertarla bajo tu piel.

Ser feliz es accesible.
Se compra en cajitas con diasepam/
en té relajante/ en una montaña de tabaco/
en una faja de contención para las angustias/
en una taberna con whisky, ron o tequila.

Ser feliz es importante.
Adquieres importancia alquilando váginas/
pagando moteles de paso/
comprando autos robados/
aniquilando entrenadores de alto impacto
para tu gimnasio del contrabando.

Ser feliz es figurar en la lista de Forbes
aunque sea por narcotráfico/
enriquecimiento ilícito/
tráfico de influencias/
fraude bancario/
exportación ilegal de sueños.

Ser feliz es imprescindible.
Ya habrá tiempo para enloquecer con los créditos/
adelgazaremos involuntariamente/
así ha sido desde que tengo memoria.

Pero ¿qué importa?
si lo que importa es que no nos estalle la bomba/
que no vengan a mi casa/
que no apresen a mis hijos/
aún quieren seguir persiguiendo a la felicidad.

Al final/ no importas.
No importa nada en absoluto/
SÓLO IMPORTA SER FELIZ



Segunda parte
VERSO INVASOR
Llevemos la poesía más allá del papel y el libro/
inundemos las bardas de la Ciudad


[RESISTENCIA]
Lo más difícil que he hecho
ha sido vivir sin iluminados/
sin dios/ sin dueño.

Lo más grave que he hecho
ha sido resistir a pesar de tus ansias por exterminarme
ignorarme/ hacerme invisible/ callarme.

Lo más intrépido que he hecho
ha sido no cerrar la boca/
no guardar silencio/
no reprimir los adjetivos
para describir tu cinismo.

Incrédulo, miras con temor/
soy el sable apuntando tu vientre/
Soy un altavoz con un centenar de ecos/
Soy el zapato en tu cara.

Si miras bien
soy la chispa detonante
& tu cara
es un garabato.



Tercera parte
LA SOLEDAD ES UNA CASCADA
DE PALABRAS ENMOHECIDAS
¿Existo o soy el sueño de alguien más?


[ASMA]
Yo quiero escribir…
Tú ME OFRECES un cerillo


[PROPÓSITO]
I
Primero fui un aterrador diagnóstico/
luego/ un impulso para el viaje/
al final/ solo un motivo
para aprehender al olvido.

Luego fui silencio/ duda/ anarkia/
remolino y huracán/
eco y espacio/
el vacío y la nada/
la triste soledad.

II
Soy un signo de menos/
un número rojo/
un espacio en la lista de
desaparecidos para hacienda.

Soy la eterna decepción
para las buenas costumbres/
una silla vacía en el juego de bridge/
una oración ausente en la fila de la iglesia.

III
Soy utopía/
un grito en medio de la plaza
bañada en sangre/
Soy una letra/ un verso/
un poema que canta/
que atrae lo poco que te queda
de libertad.


[SENTIDO DE EXISTENCIA]
¿Soy Dios sólo porque soy poeta?
DIOS y YO
¿no servimos de nada?

jueves, 21 de julio de 2011

IDEAS PARA VOLAR



by Monica Gameros
Editorial Start Pro
Colección DESTOSDEMEDOS
México 2009



A mi hija Lisa Björk
PROLOGO

Moon, el despegue y la Poesía fantástica

Este libro transita hacia una sencillez con magia. Parecía difícil escapar de Kronos, pero la Poesía de Mónica Gameros gana ahora en experiencia y madurez; de los versos al través del tiempo en Kronos al discurso poético de las ideas para volar, encontramos una voz poética más intensa, evolucionada, mágica. Esta vez Mónica crea pedazos de mundos virtuales, mundos que no pueden existir si no es en la imaginación, en los estados de ánimo, en la magia de la Poesía. La creación de mundos o de pedazos de mundos a los que nos transporta, donde nos sumergimos de cabeza para vivir lo que ella nos transmite. Un viaje cognitivo y emotivo a la vez, gracias a la creación de imágenes y ambientes, un viaje al mundo mágico que solo es posible en la Poesía que nos rememora las peores pesadillas y los sueños trágicos. ¿Soy yo mi propio sueño? Es tan corto, tan prescindible que quisiera vivirlo para siempre. A lo largo del libro, el discurso poético se mantiene, navegando en el tiempo y el espacio. Quetzalcóatl existe. Yo soy un millón de yos. Viajo a través del Universo mientras tiempo y espacio se desgajan, sentada sobre los tobillos, tejiéndome las manos.

El valor de la Poesía consiste en su testarudez, en que persiste en aportarnos sensaciones diferentes en lecturas sucesivas. Los versos atrapan al lector y lo motivan a realizar un viaje alucinante, fantástico; cada Poema puede leerse varias veces y el libro soporta la lectura del azar, sin embargo, la unidad del contenido existe, de principio a fín. Mónica puede presumir de un discurso poético original y continuado, evolutivo, sólido. Aún más. Este libro es diferente a los tres que le preceden. Establece un antes y un después. La liberación y confirmación del yo poético. Un discurso particularmente propio. Es Moon y la Poesía. Un discurso que promete viajes, visiones, interpretaciones; un despegue y la afirmación de un estilo propio que esperamos celebrar en nuestros próximos encuentros. Y un atisbo, al final un relato en prosa que anuncia ya un futuro desafío: la prosa fantástica. Un género o subgénero literario que abordarán nuestros futuros escritores, ahora jóvenes. Moon publicará libros dentro de algunos luxares, con historias fantásticas buscando renovar la literatura para captar el interés de los futuros lectores, nativos digitales.

Edgar Artaud Jarry



SOLARIUM
Nada es lo que absorbo
Ellos sonríen y eyaculan
Jadean y compran
Yo… Sigo el camino dentro de mi esférica soledad

Por las noches
corriendo por la autopista con los ojos vendados,
rezo para que llegue el día de la estación final

Soy indiferente e invisible
Imposible de soportar
Inasible
Ermitaña.



CON LA LUNA EN LA BOCA

Guardo silencio
La luna sonríe cuarto menguante
para navegar, ola tras ola,
canto a canto

Es la eterna duda…
¿En qué me transformo?



                                   

martes, 19 de julio de 2011

Oscar Altamirano, poeta, exguerrillero y rebelde nato

Presentación

Oscar es un hombre con las palabras y el carácter necesario para sostenerlas. Es un humanista, un liberador de las pesadillas del exterminio político que apabulla cada día de nuestra absurda existencia, un soñador. Autor de Pata de Perro de la Editorial Start Pro (2009), Oscar tuvo a bien entregar en julio de 2010 a Cascada de Palabras/cartonera, su libro Chirona, historias de prisión. Un compendió de narrativa simple y construcción de ambientes que rebasan cualquier idea que se tenga de lo que es una prisión clandestina para presos de conciencia.

Con palabras de hierro, el autor de Chirona, historias de prisión, se define como un amante de la libertad, de la muerte, de la vida.

Su libro dibuja los sinsabores del precio que pagó por su amor a la libertad; de sus días y sus noches en las prisiones clandestinas de México, cuando cayó preso y fue desaparecido por el Estado mexicano en la década de los 70; de esos momentos en que estuvo preso en diversas cárceles para acallar su conciencia y limitar su espíritu.

Afortunadamente para el resto de nosotros, no lograron pisar sus ansias de justicia y con aún mayor fortuna para nosotros, no le mataron y le desaparecieron como a cientos o quizá miles más de nuestros conciudadanos que se decidieron a tomar las armas como respuesta única a la tiranía de la llamada dictadura perfecta.


Aquí sus historias: Mónica Gameros, editora.


Fragmentos:


para los perseguidos/ presos/ desaparecidos/ por el gobierno represor y asesino

para los poetas rebeldes/ para los rebeldes –por su rebeldía poetas
 

“La CNDH confirmó a la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos (Limedh) que los dos integrantes del Ejército Popular Revolucionario (EPR) desaparecidos desde el pasado 25 de mayo en Oaxaca no se encuentran en el Campo Militar número 1.

(…)

El pasado viernes autoridades militares se comprometieron a permitir la entrada al personal de la CNDH al campo militar. Mientras que un actuario del juzgado sexto de distrito de amparo en materia penal acudió esa noche al cuartel para informar que se había tramitado un amparo por la presunta desaparición forzada e incomunicación.”


La Jornada, lunes 20 de agosto de 2007



El 29 de julio de 1977 me detuvo la policía judicial del estado con el compañero n en jojutla morelos/ por la noche nos entregaron a la policía política brigadas blancas/ luego el calvario/ nos llevaron al cuartel militar de cuernavaca/ un par de días/ después a la procuraduría general de la república en el distrito federal/ en celdas clandestinas ubicadas en la azotea/ tres días/ un viaje al cuartel militar de tuxtepec oaxaca/ seis días más…. finalmente al campo militar número uno en la ciudad de méxico/ conocido como el campo marte/ hasta el 3 de noviembre/ casi tres meses/ en todos lados nos torturaron….

algún día entre septiembre y octubre nos sacaron de sus mazmorras/ además había otros prisioneros con más tiempo/ hasta 6 meses ahí/ nos metieron en vehículos cerrados tipo panel/ atados vendados y amordazados/ creímos que era el fin y cantamos la internacional/ nos callaron a culatazos/ eso me rasgó y movió un poco la venda sobre los ojos/ pude observar por la ventanilla del copiloto/ los vehículos daban vueltas dentro del cuartel…. horas más tarde nos regresaron a las celdas/ estaban lavadas/ olían a jabón y desinfectante….

en la prisión de cuernavaca/ adonde fuimos consignados tras el secuestro policíaco-militar/ supimos que esa fecha del paseo al interior del cuartel el gobierno federal anunció y permitió/ con grandes discursos de excelsa democracia…. legalidad…. transparencia…. estado de derecho…. etcétera…. la visita de una comisión europea de amnistía y cruz roja internacional al campo militar/ para constatar que no estábamos ahí….
esa es la función política de las “comisiones” de derechos humanos oficiales y del poder judicial/ justificar el terrorismo de estado/ circo del régimen fascista….




-una visita de gabriel garcía márquez



penitenciaría de atlacomulco, morelos, méxico
noviembre 1977-abril 1980

gabrielito garcía márquez
nos visitó una tarde calurosa en la prisión de atlacomulco morelos
entre fines de 1979 y principios de 1980
no recuerdo la fecha
de hecho
lo memorable de aquella tertulia fue el chicharrón que llevó
la reclusa benita
era un enorme chicharrón envuelto en papel de estraza
nunca supe si gabo disertó sobre las vainas del mundo o de su obra
a veces levantaba un brazo o ambos
tampoco supe si eran malogrados intentos de gabito
por alcanzar el chicharrón entre la multitud de los demás brazos cazachicharroneros
otras gesticulaba
incluso cerró los ojos algunos instantes
sólo se escuchó el crujir del chicharrón en las mandíbulas llenas de los prisioneros oyentes
que no oímos nunca nada más que crujir y crujir
hasta que la reclusa benita lanzó un quejido más doloroso que
el del puerco sacrificado para el chicharrón
cuando el gran papel del envoltorio se fue haciendo inútil acordeón entre sus manos…. evidencia del chicharrón desaparecido
como desapareció la arenga magistral de garcía márquez en aquel voraz crujidero
al mismo tiempo se dio por terminada la reunión con el distinguido visitante
el de aracataca intentó un adiós sin conseguirlo
hundido en esa crónica chicharronera de lo inevitable
el futuro nóbel de literatura se levantó/ cuan alto es
vimos su saco gris sport como nube crispada
la mirada silente de un buendía en un mágico macondo amurallado/ miserable/ chicharronero
         a lo mejor es una mentada colombiana
pensé
pero/ nunca me importaron las mentadas
nacionales o internacionales
y me fui por un clandestino curadito en la prisión
una especie de pulque fermentado con cáscaras de piña
para aliviar la panza.... saciada de crujiente chicharrón….
fue hermoso



-deportes



penitenciaría de atlacomulco, morelos, méxico

noviembre 1977-abril 1980



había equipos de fútbol
-uno por galera
incluso una flamante selección
con uniformes nuevos
en blanco y verde
obsequiados con frecuencia
por el club zacatepec
de primera división
eran buenos
canjeables por latas de conservas/ atún
o unos toques de mota
los mismos futbolistas
a veces
también hacíamos básquetbol
/era más fácil romperle la cara a otro
había un ajedrecista incipiente /yo
tres o cuatro boxeadores
un tenista aficionado
eso era todo y
junto con el resto
incluyendo a las mujeres
practicamos el popular deporte
de cazar ratas
las empapamos con petróleo
luego las soltamos encendidas
ardientes
chillantes
locas y veloces
entonces corríamos
azuzándolas o huyendo
de su fuego
frente a la multitud hilarante
gozosa

SALIDA DE EMERGENCIA de Mauricio R. Pacheco

by Monica Gameros


Presentación:

Del infierno de Dante, de la mano de Beatriz, sujetado de sus ojos, Mauricio dejó a tras la melancolía que le provocaba la pérdida de sus viejos amores y se pasea por el filo de un espejo roto que ni miente, que no se limita, que le escupe a la cara todas las verdades y se ríe de sus mentiras.

Si es difícil abstraerse de las sensuales nalgas de una adolescente, tomar al toro por los cuernos y darse cuenta de que ese toro de lidia es uno mismo y que además nos domina una hueva infinita y preferimos burlarnos del torero, resulta mucho más divertido, aunque en el acto nos desangramos y a veces preferiríamos vivir lejos de todos y de todo, solos en una huevo, un cascaron, una media naranja rodeada de lenguas ácidas, de manglares y de cocodrilos.

Agrestes, solitarios, ermitaños, así somos los adictos de la contemplación y de vez en cuando, muy de vez en cuando, nos asomamos al mundo para tomarnos una chela, fumarnos un porro, gozar con el sexo fortuito de un extraño, en una extraña plaza, en un motel de paso. Lo malo es que después de la euforia del primer momento, nos domina la desazón de todo y el tedio, ese maldito tedio que nos provoca la estupida y absurda existencia, entonces… recurrimos a una pluma, un papel, una computadora y vomitamos como adolescentes anoréxicas todo el asco que la vida nos provoca. Lo bueno es que todo ese hartazgo se queda atrapado, al menos por un tiempo, entre las hojas de un libro.

Bajarnos del barco, saltar del avión, brincar al abismo, la salida de emergencia siempre está cerrada con candados y barreras de metal, salirnos, escaparnos, huir no es fácil, nos sujetan ustedes, los que nos quieren, los que nos extrañarían, al menos por un tiempo, y no nos dejan salir de esta vida hueca.

Quién pensaría que el odio y el tedio pueden ser atrapados en las páginas de un libro, quién diría que esos libros pueden desfilar con el pasar de los años, uno tras de otro, firmes sin reparo, a pesar del desierto de los ojos que no leen, a pesar de la cascada de indiferencia, a pesar de los amores perdidos. Como sea, Mauricio ha demostrado que escribir no es un hobbie, que no es sólo una maldición o un refugio catártico. Mauricio ha demostrado que escribe a pesar del mundo entero.

Su primer libro TARAREOS DE ABANDONO me pareció un asalto eufórico, un don para perder de vista al amor, pero este libro me hace pensar que hay un poeta más al que no se le puede evadir, porque sus palabras pesan, porque sus sentencias no son fáciles de olvidar, porque la verdad no incomoda pero duele y duele más cuando en silencio te reconoces en las páginas de este libro sin que, cómo él, logres encontrar la salida de emergencia.

Si me preguntas porqué comprar este libro te diría: porque ni Televisa ni Tv Azteca han podido sacar de ti esa bestia rabiosa que inevitablemente salta cada vez que en silencio te observas frente al espejo.


Mónica Gameros
Febrero 2011

El mirón de la venta que no vió nada de Tonatihu Mercado

by Monica Gameros


Presentación


SALIDA AL NEO SURREALISMO LITERARIO A TIEMPO
Favor de abordar su unidad/ Abroche su cinturón.
Al mando, el capitán Tonatihu Mercado G.

Bienvenido viajero de las letras, adicto a las imágenes ilógicas e inmortales de la literatura. Se ha comprado el ticket al viaje de la bestialidad humana: aquí los sueños, los vicios, el amor y la lujuria, la sinrazón y el sadismo, se cogen de la mano para andar por los canales y las cloacas de la ciudad de la violencia pura vuelta poesía, apuntalada en una novela pluridimensional.

Tonatihu Mercado, aspirante y suspirante de los reflejos de la luz solar sobre la animalidad de hombres, mujeres y bestias, nos retrata los callejones oscuros, las bodegas del contrabando, los viciosos de la mafia y la cursilería de las putas enamoradas, al tiempo que, podremos compadecer el duelo de las viudas negras en medio de una hermosa historia de amor.

Conocerán eso sí, a los magos de la vida, los chamanes y las brujas que nos llevan a las puntas de las estrellas en medio de cuentos y leyendas que nos indican el camino a la cura de la ceguera, sobre todo, después de extasiarse con los destellos de la pluma de un filósofo, artista, perfomer y poeta, un loco que tira las palabras como el dragón de Komodo escupe sobre su presa; al menor descuido podría ser intoxicado por la ponzoña de este joven escritor que ha vuelto de su gira por el mictlán, la pléyades y los múltiples círculos del infierno, nomás para contarnos de su odisea, en tanto que el atardecer se desparrama e invade la ventana por la que el mirón que lo sabe todo y no sabe nada, se mantiene seguro, sin darse cuenta que, sin él, nada ni nadie podría seguir existiendo.

Mónica Gameros
México DF octubre 2010

domingo, 10 de julio de 2011

JAZZ INVERNAL

JAZZ INVERNALMonica Gameros
Primer cuento publicado,
del libro Caída libre,
Editorial Start Pro (2007)



El saxofón se destila en el aire mientras observo la pantalla de la ciudad frente a mí. Tras la ventana, la líquida rutina de octubre, me levanta sin ganas. Ya no cuento los segundos en milésimas de milésimas; todos se han agotado en la absurda idea de levantarse para tomar un té y mendigar un rato en los rincones del refrigerador inútilmente frío, perforado como la sien de un capo ejecutado: vacío, sin sangre; sin cadáveres, sin maleza, sin aguardiente, sin miel, sin abejas, ni una gota de nada.


Son las 12 del día, sigo con la boca seca y apenas tengo dos baños en la última semana. Como no tengo 10 pesos para comprar el diario menos indecente, me dispongo a leer una revista de líneas de pensamiento. Me pregunto si esas líneas son como las de la coca o si en realidad son como las líneas amarillas de la carretera… ¿habrá tráfico…?
Bueno, qué importa, las campanas de la catedral me recuerdan que venden unas tortas
de pavo a sólo 7 pesos, a unas cuadras de Regina, lugar en el que me encuentro después
de una severa noche de intoxicación.


De fondo musical, me acompaña el ruido urbano que penetra mi habitación inundada de jazz; de nuevo, el claxón del neurótico de las 12:10 me hace recordar que el día promete más, si me escapo para caminar en los alrededores, por lo menos hasta donde me alcancen las ganas de caminar sin ningún sentido, como cuándo se busca empleo y se encuentran engaños, promesas de asociaciones fantásticas, de grandes microempresas con créditos de risa o varios diversos y multiflocklóricos puestos de mesera. ¡Bah!, mejor olvidar eso, salirse por la tangente un poco mientras se pueda. Total, no reparo si me veo obligada a trabajar en lo que sea, hasta he repartido pasteles.

El jazz sigue con su hermosa compañía en mis hipersensibles oídos, es el único solero de ilusión en medio de la invernal y caótica Ciudad, siempre me abstrae al placer de sentirme totalmente quieta bajo la lluvia de la regadera…
Aún absorta en mis vagabundez mental, no puedo evitar escuchar el jazz entre el fondo ruidoso que viene del mundo y que viola la quietud de mi cápsula, mi habitación, mi proxeneta, vouyerista de las noches en que arranqué las almas de mis amantes, con ese ambiente que la hace ser mi guarida, pero se le insertan como aguijones los gritos del tráfico, la venta del gas y el agua que antes no pagábamos por beber.
Ya nada es como antes. Ahora vivo en el ombligo de la ciudad y el ruido me atropella todos los días. Los autos se gritan mentadas de madre; los ambulantes cantan como todos los días sobre las calles; el smog ya está con nosotros.


Es un día común, pero hoy, la mañana parece gritarme a la cara que lo haga, que me vaya, que no lo piense más, que el tiempo se escapa y me hundo con la mañana en un debate tormentoso, pues a mi parecer el tiempo no existe… pero justo en el momento en que argumento sobre la mentira del tiempo, escucho a la mañana vociferando sus razones de porqué, aunque el tiempo no existe (lo que me da la sensación de que en realidad pensamos igual sólo que la mañana es más rígida y no entiende los niveles de concentración que se requieren para aguantar el desempleo) lo que resulta imprescindible, dice ella, es que se haga disciplina con la invención de las horas, pues de lo contrario cada quien haría lo que mejor le viniera en gana y eso ¡No puede ser! …

Tengo que fingir para no romper en carcajadas con su fina cuadratura ya que su gesto me recuerda a una de las monjas que me cuidaban en la infancia. ¿Porqué no? Pregunto con una mueca en la cara que me hace pensar en una caricatura pidiendo explicaciones con absoluta y verdadera ingenuidad de porqué se han dispuesto las cosas como las encontramos cuando llegamos a este mundo.
Pienso dos segundos y me dispongo a enumerar mis razones de por que el tiempo sólo es una herramienta de control para apaciguar el espíritu posesivo y avaricioso de la especie humana; pero la mañana, pues se ha puesto necia y me atropella con el reloj del celular y con el reloj de 20 pesos que compré hace como 7 años en la calle de la Soledad, un día que como hoy que andaba sin empleo, con poco dinero y que no sabía en que podría bien gastar antes de que mis ahorros se fueran en una chela de la taberna o una clayuda y un chesco. Antes que eso, necesitaba algo que me retuviera en el tiempo, para no salirme demasiado de las líneas de esta sociedad que nos impone absurdos checadores que nos obligan a sentir el stress laboral de todos los días y entonces decidí comprar el reloj pirata en vez de comer. ¡Que ingenua que fui!

Por lo pronto, esta mañana mediodía se está poniendo otra vez, nostálgica. Antes de sambullirme en su tristeza, recuerdo que ayer en una muy larga conversación, Salma se reía de la neurosis que me aflora cuando estoy en la calle, sobre todo, caminando en Tepito, haciendo milagros por el guardarropa, por evitar fríos y padecerse innecesariamente la pobreza intelectual.

Mal no nos caería una hilera de festivales culturales gratuitos en pleno invierno, con lo delicioso que resulta caminar por las calles del centro histórico, ahora que ya no hay tantos ambulantes… ¿dónde andarán? Tal vez estén escribiendo igual que yo ahora, y tal vez soy yo la figura tragicómica de sus relatos de ventas en las calles de esta ciudad.

En su defecto, y a beneficio de ambulantes desempleados, desempleados involuntarios e inadaptados como yo, sería bueno que se apuraran con la remodelación de las calles de la ciudad, para ir a caminar por sus solitarios senderos, encogidos entre abrigos de lana, con largos listones en el cabello, gorras y guantes, asidos por la cintura inquieta de la Soledad que nos anima a salir a caminar.

Desempleo, soledad, pobreza, tres factores que obligan a practicar el viejo deporte del paseo silencioso y solitario. Aunque en el camino uno encuentre sólo a los amigos en vez de empleo, no importa, porque de esa forma reiniciamos el ritual de la tarde bohemia entre gentes libres, entre desempleados que por el momento no tenemos prisa por correr tras el furtivo checador, ya que nos hemos convertido en dueños absolutos de nuestra libertad, en los poetas del invierno, en los crudos urbanos.

Deberían declarar la cerveza bebida nacional gratuita, despenalizar absolutamente el consumo de la cannabis y dejarnos en paz para dedicar nuestras mentes y nuestra sensibilidad a la creatividad y brindarla a los tullidos oídos de quienes son adictos al dinero, quienes sólo saben extender la tarjeta bancaria para comprar la belleza de la que somos dueños los excluidos, los inadaptados e improductivos libertarios: los poetas desempleados; los que no pasan las pruebas psicométricas; los que siempre renuncian y le gritan al jefe lo estupido e imbécil que puede llegar a ser.

Salud pues por los centros culturales y los foros alternativos que nos den posada. Vive la liberte en los puntos de encuentro, donde tocáremos para recuperar nuestros cuerpos, todavía vivos a pesar de la anorexia involuntaria que padecemos. Nos vemos en las noches, seres de la lluvia ácida y de risas en cascada. No me despierten antes de las 11, por que necesito tiempo para reposar el orgasmo de las seis de la mañana, con el que dormiremos hasta bien pasado el medio día...

Ah que regocijo siento, rodeada de dementes que se preguntan de todo y por todo. En cuentas de racimos quedan las discusiones sobre la justicia, la neta, la política, la mierda, la inhumanidad, la falta de amor a todo, al arte, a la cultura, a la experimentación…

Ya he caminado por cuatro o cinco veredas de la céntrica ciudad de México. Ahora me encuentro discutiendo esto del placer de la anorexia libertaria, en medio de una sala inmensa y vacía, con piso de duela y paredes descarnadas, paredes desolladas que dejan caer partes de su piel mientras alguien rasca en las bolsas del super en busca de alguna golosina extraviada para torear el frío e invernal ayuno al que los poetas de la cruda crisis económica ahí reunidos, nos disponemos a hacer frente en forma positiva, pues, porque hay que economizar…

De pronto, alguien que quiere huir un poco de la verdad, grita detrás del frigorífico:

-Deberíamos derrocar el empleo, tal vez sea la primera etapa de la verdadera libertad.

Los demás, completamente de acuerdo, seguimos fumando y tomando decaf con canela…

EL BESO DEL CALAMAR

EL BESO DEL CALAMARMonica Gameros
Segundo Cuento publicado, del libro Estación fin del tiempo
Editorial Start Pro (2008)



Son las 7:30 horas de un día más. Uno laboral porque los ríos de gente continúan sus cotidianas excursiones. Millones de tacones marchan desde el oriente de la ciudad hasta la zona bonita de Polanco, ahí las mujeres se encargan del orden rodeadas de cables, asidas a las pantallas de computadoras, conectadas -como un gusano- desde su cerebro hasta las extensiones telefónicas; todas bailan sobre los conmutadores, hacen el amor frente a los equipos de fax, se maquillan frente las copiadoras…

Amadas y retenidas por más de 8 horas, las mujeres de los pobres viven bajo el control de las máquinas que las hacen suyas y les devoran las ganas, las mantienen atadas con grilletes del checador para dar lo mejor a los hijos que las esperan en silencio de la mano de la nana con cabeza de pantalla. Por la tarde, casi al anochecer, retornarán a sus hogares cansadas y fastidiadas, van en silencio, con la mueca tibia, la palidez en sus rostros y el cansancio crónico apenas maquillado con carmín. Peinan sus cabelleras oxidadas, tapan sus anemias con maquillaje barato y sonríen a los recuerdos fugaces. Las más jóvenes también guardan silencio pero no dejan de tener ese rostro de novicias dispuestas a la batalla por el futuro que nunca llegará.

Todas viajan montadas sobre el gusano naranja que conecta las orillas de la metrópoli cobriza y putrefacta. Viajan en silencio sin pensar en el tiempo que se escurre como agua. Viajan en silencio sin retraso para morir. Viajan por las calles sobre millones de tacones y caminan en automático, como si el tiempo estuviera perdido, van sin mirar, sin sentir, sin ansiar, sólo hay que llegar, siempre con prisa, siempre desconectadas, siempre perdidas. Todo resulta un sueño, una película de Buñuel.

Todas viajan montadas en el gusano naranja y sueñan con las historias sensacionales de sexo y amor que esperan de sus maridos en discos versión pirata: sé feliz, sé dueña de tu vida, escucha los cantos de los empedernidos patanes que siempre te amaran sin entender su bestialidad.

La cantata en la televisión no se detiene jamás: alíviate de la angustia con el libro de medicina tradicional; baja de peso con las cremas milagrosas, aún eres mujer, aún mereces amor, aún puedes sentir pasión.

En medio de las piernas femeninas, bajo las faldas, dentro de un cuerpo lacerado por la mugre que le adorna la profesión de pedir una ayuda; el limosnero viaja  con sus piernas que lucen como los tentáculos de un enorme calamar, muertas sin energía ni movimiento alguno, detienen el vuelo de los brazos que caminan para suplir a los tentáculos.

Su mano, delgada en extremo, jala abrigos y gabardinas, piden una moneda sin decir palabra. Él calamar extiende los ojos y los pone con delicadez sobre las yemas de los dedos para ver de qué calibre es la moneda que ha recibido. Clasifica sus monedas, continúa su trabajo, la mayoría de las veces es ignorado. Algunos dedos le dicen No, otros lo rechazan con un ademán de No me toques. Él recibe la negativa como la recepcionista que contesta una llamada que se corta justo al descolgar el auricular; sin más, pasa a la siguiente mano, chaqueta, falda, pierna, bolsa de Plástico; lo que alcance primero, pero es cómo si no estuviera ahí y las cosas pasan sin pasar.

El Calamar, llega hasta mí sobre sus palmas. Los ojos apagados, son serenos pero no brillan; están cansados de hablar por esta persona que ya no tiene palabras para seguir pidiendo ayuda

-¿Para qué?, ¡es saliva mal gastada, a nadie le importa lo que te pasa, te dan el cambio, lo que les sobra. Con suerte, algunos se levantan del lado derecho de la cama y permanecen tranquilos en su camino al trabajo, ese día dejan caer una moneda de diez o de cinco pesos, esos son generosos y compartidos!

Dice El Calamar frente a mis rodillas, mientras lo veo con cierta vergüenza y contesto con los ecos del desempleo.

-Pues te quedo mal, no tengo ni en que caer muerta, pero si te sirve traigo dos boletos del metro.

-Pues qué se le hace…Contesta con media sonrisa mientras se prepara para desmontar el gusano naranja que ahora se desliza por un túnel para dejarnos ver la ciudad con sus tendederos buscando al sol, esperando al viento que transforma las ropas colgando en hilos de colores papaloteando.

El calamar me mira de reojo, morbosamente adivina por un espacio entre mis piernas, el color de mi tanga bajo la falda. Sus ojos babean sobre el hilo de mi falda y sus labios, se mueven blanquecinos como un perro con rabia. De pronto se da cuenta de que le he pillado; espera una reprimenda y al mismo tiempo envía un beso con sus labios teñidos de cocaína. Separo mis piernas en el momento justo en que al Calamar se lo llevan, en contra de su voluntad, millones de tacones que corren sin entender que sus ojos estaban ocupados.

Los tacones salen disparados, arrastran al Calamar, a sus ojos hipnotizados y a su lengua morbosa. Les importa un bledo todo ¿quién tiene tiempo para esperar a un invisible cuerpo que no habla, no camina, no se apresura?

Los ojos echan una última mirada y yo abro más las piernas. Un momento después en que se cierra la puerta, escucho la voz clara y fuerte del Calamar que grita

-¡Gracias nena!

RATA DE ALCANTARILLA

RATA DE ALCANTARILLA Monica Gameros
Tercer Cuento publicado, del libro IDEAS PARA VOLAR
Editorial Start Pro (2009)



Sus reclamos de tiempo y cercanía tejían las primeras horas del amanecer. No sabía cómo explicar éste sentimiento que la ahoga cada vez que abre las páginas de un periódico, El que sea, no importa el nombre a veces tampoco importa la línea editorial; las noticias siempre son las peores, a excepción de las fantasías casi cumplidas de colonizar Marte, gritaba desde el extremo de la mesa.

Las hojas del diario le contaban del pasado entre murmullos, corrían frenéticos los titulares, se expandían hasta escaparse del formato y se mezclaban con la sangre de la foto, con las arterias de la tierra reventadas y los suspiros del cosmos azotando nuestro ego.

-Entre cientos y cientos de páginas publicadas no hay más que tragedias, abusos, robos, engaños…

Vociferaba y maldecía todas las mañanas al poner sus ojos encima de los detalles de las fotografías en blanco y negro.

Espiaba a los incautos de la cámara en el momento del siniestro suceso; los describía en la memoria para no olvidar a los violadores, a los yuppies de cuello blanco, a los médicos que matan a las fanáticas de Venus, a los viejos abandonados en callejones, a las mujeres desconocidas de la morgue donde sus amantes las despiden antes de extraviarlas en la fosa común.

-A todos sin excepción habría que recordarlos, incluso por seguridad propia, decía mientras desorbitaba la mirada en la expresión de una psicópata.

En medio del fanatismo mórbido, adicta de la contemplación de la vida en el diario, sentía remordimiento y acariciaba las páginas mientras se decía en voz alta:

-Dar un poco de amor a lo que queda del árbol donde todo se aprieta las ganas de salir corriendo y ata con listones de seda la histeria por bajarse del tren que nos lleva a todos al infierno. Todo lo que hay en los diarios es un juego con el que se sostienen las justificaciones, para no aparentar avaricia y ambición.

Los pensamientos van y vienen por su cabeza. Los demás no existimos por que nunca pone atención a las palabras del otro. Se pierde sin control en sus meditaciones y en sus dudas para caer, de nuevo, en su monólogo interno…

En el audio casero, escuchamos a Joaquín Sabina con su voz aguardientosa; canta sobre una posible mudanza a la calle de la alegría...

-Las noticias están llenas de sangre y guerras por oro negro; para derrocar a un tirano; para castigar a los verdugos del pasado, a los torturadores, los asesinos; para las mujeres mutiladas, tiradas en el desierto, comidas a tirones por perros y otros animales rapaces; para los golpeadores y sus mujeres en las planas del diario.

Inquisitiva decía -señalando la foto de un judicial escondido en su traje negro presentando al Narco Líder Number One - Si los observas un poco, ambos se miran con ese gesto de hartazgo y auto-exoneración… y luego… mira los grupos de choque, con los hombres y las mujeres más pobres, sin educación, utilizados para contener las ansias de la miseria y el hambre que se los traga también a ellos sin que se den cuenta.

La charla se escapa como en ráfagas, en ritmo con su ritmo cardíaco. Me evado un poco de su angustia y observo los rostros que penden de una tachuela sobre la pared. Muchos de ellos sostienen ira. Otros tienen el rostro de la certidumbre y la sonrisa de firme aquí y el contrato será un hecho… Son los retratos de todos los que ella quiere recordar,” por seguridad propia”.

A ratos vuelve al presente y actúa como si nada pasara. Te observa dos segundos y determina qué necesitas. Así que extendiendo una de sus ramas, me sirve más té verde.

Con sus ladridos Joaquín Sabina nos dice que nos escapemos por la ventana cuando Él nos diga que tengamos cuidado. Me gusta la idea de salir corriendo antes de que nos aniquilen los reproches y me sigo con la rola pero Ella sigue observando las fotografías del diario, a ratos esculca entre las palabras para saber la historia de la mujer detenida por felonía o la que fue secuestrada y ahora representa su trauma mientras otros pagan por el morbo de saber que pasó, ¿la tocaron?, ¿muchas veces?, ¿qué cosas le decían? … ¿la violaron?, seguro le dio asco, si no, le gustó y por eso ahora estos dramas en el teatro….

De un grito, consigue que vuelva de mis ideas revueltas y la vea de reojo. Advierto sus primeras arrugas, aunque parecen más líneas de angustia. Tiene los ojos desorbitados y la boca abierta como si fuera a maldecir a toda la galaxia y empieza de nuevo con el monólogo pero con altavoz.

-Por sí fuera poco, le estamos rompiendo la maus a la tierra, nada más por existir, respirar y exhalar CO2; cagamos azufre y otras porquerías; somos las abejas llevando entre las patas el polen transgénico de la depredación. Somos el ejército de las calamidades y los jinetes apocalípticos juntos, unidos para terminar con el agua, el cielo, con todos nosotros…

Pierde la voz conforme se vuelve a ir de viaje a sus centros de debates ontológico, sigue navegante entre sus cavilaciones; sus ojos buscan en la habitación sin poner atención a su amante en el extremo de la mesa. Lo ve de reojo como se ve el cuadro que se pone en la pared, ignorado con el tiempo que siempre corre, nos impide observarlo y recordar porqué lo pusimos ahí.

Su otra voz lamenta dentro de su cabeza, se libera y sale como un viejo canto por la fiera garganta de esta frenética.

-Yo misma tengo pedazos de árbol en mis muebles, en mi lecho, debajo de la PC, un montón de circuitos y chips de plástico, metal y chingaderitas microscópicas, producto del arte que el Tigre Asiático hace sin descanso, sin reparo, sin un segundo de inmovilidad; el tigre salta e invade, el tigre quiere llevarnos a todos al siglo en el que vive, uno muy remoto, uno lleno de cielos hechos de cristal y plantas de ornato inmortales para ser el recuerdo de que un día vivimos en el paraíso.

Vuelve como un submarino a la reflexión, su vientre se incendia por saber las noticias del mundo. La voz de su cabeza sigue charlando con Ella. La otra voz en la habitación, le pide explicaciones de porqué no tiene tiempo para escucharlo sin evadirse. La voz la llevó a un rostro desconocido. Los gestos le parecieron los de un limosnero. Observó cuidadosamente al otro, al de enfrente y piensa en su bebé que Nunca nacerá porque traerlo a una vida miserable le haría la muerte más pesada, llena de culpas y temores por las semillas malditas que no se atreve a dejar en la tierra a la que estamos destruyendo, devorando sin límite y sin piedad…

Y otra vez se pierde en las conjeturas de la licuadora que lleva en la cabeza.

En silencio, meditabunda como por empatía, sigo con Ella, con sus cavilaciones y su amante de ornato que de vez en cuando lanza lamentos para dejarnos saber que sigue respirando.

De alguna forma sé que tampoco existo para Ella.

He tenido que lidiar con los ánimos sexuales de su amante de ornato, para que detenga los lamentos unos días, mientras Ella sigue pensativa y busca la reconciliación de sus culpas de estar viva.

Vivo frente a Ella, pero no existo por que no cabemos en el abismo de su desquiciada cabeza.

Ya es medio día.

El bochorno me recuerda al perro omnipotente de Bukowsky. El sudor se me pega como un chicle derretido en la banqueta. Si pudiera ladraría hasta el cansancio, pero estamos sentados alrededor de la mesa triangular y su amante de ornato va ganando la partida de domino.

Frente a nosotros la puerta de roble nos separa de una dimensión paralela a la nuestra, donde ésta mujer vive con la misma historia pero con descendencia. Tres luxares después de que naciera su hija.

Es la anciana que está muriendo en un mundo donde el agua viene de las manos de un depósito electrónico que dosifica la ración precisa de agua diaria, según determinaciones de la Confederación de Gobiernos Humanos en el Cosmos (HGCC), asesorada por el Consejo Interplanetario de Salud Humana, que después de estudios y experimentos millonarios, determinaron horarios y dosificaciones del vital líquido, en seguimiento exacto de los resultados del examen genómico que se hiciera a cada uno de los humanos.

De ese lado de la puerta de roble, la comida está en paquetitos llenos de nutritivas pastillas que les mantienen vivos e hidratados, pero a Ella ya no le sirve, está muriendo después de 60 luxares, algo así como 450 años.

Es el tiempo que ya no permite que su piel la proteja, es suave pero se rasga con mucha facilidad, sólo por la falta de agua.

La suavidad capilar tiene una textura parecida a la piel de las serpientes, solo que las escamas son tan finas que no se perciben bajo la luz artificial que utilizan en casa. Los humanos han mutado y Ella es una mujer serpentina que muere en el tiempo Standard de los de su raza.

En este lado, Ella sufre una crisis existencial y es apabullada por los reclamos de su desconocido amante, a quien por ratos escucha y observa sin pensar en lo que dice, sin preguntarse porqué de pronto, éste hombre desaparece por espacios de tiempo corto, mientras en su mente ve su futuro paralelo.

Del otro lado casi muerta, escucha las palabras pero observa su piel, observa los ojos de la joven que tiene frente a sí, sin preguntarse quién es, porqué es exactamente igual a Ella.

De ese lado ella escucha los relatos sobre el mundo que hay en Xz90, un planeta azul donde la chica idéntica a ella pasó sus últimas vacaciones. Cierra sus ojos para imaginar las cascadas de agua neón en las que la joven dice que nadó por horas, para que su piel absorbiera las sustancias del agua y se fortaleciera.

Una pantalla al frente de la cama donde descansa, proyecta imágenes de la vida en la tierra, un mundo al que ya nadie conoce, pues fue abandonado por la humanidad tres mil años atrás.

La pantalla de este lado de la puerta, deja ver un mundo sin agua, sin árboles, sin selvas, sin animales. Un mundo con guerra y contaminación, un mundo que envenenado murió rápidamente aniquilando a millones de personas y miles de especies.

-Demasiado lejano aún como para aguantar toda una vida sin volver a ver otra criatura viva que no sea humana, aunque solo fuera una rata de alcantarilla, dice, mientras pasa de su lado al nuestro y acaricia la mejilla de la joven idéntica a Ella.

Guarda silencio mientras sigue con el examen visual del noticiero en la pantalla al tiempo que deja escapar sus últimos respiros.

De este lado de la puerta, su amante de ornato está fumando y me ha invitado una cerveza, hoy tiene ánimos y yo estoy aburrida de ambos.

Me pregunto que pasaría si entrara por la puerta de roble y me aterra pensar que eso podría destruir la lógica de esta dimensión, pues me convertiría en la hija de Luzbel abriéndose paso tras los jinetes del Apocalipsis.

Idea aterradora por comprometedora, pero gratificante si pienso que el grupo más privilegiado serían como Ella y los que nos servirían por siempre serían como él.

¡HOLA! ESTÁ BIEN FEO EL DÍA

¡HOLA! ESTÁ BIEN FEO EL DÍA Monica Gameros
Cuarto cuento publicado en 2010,
libro Estallido, Cascada de Palabras, cartonera


mg2 dice: Hola!

mg2 dice: está bien feo el día, nublado, las nubes son casi negras y tengo tanto frío que me siento como Nueva York en un día nublado...

mg2 dice: camino por las calles grises; siento el peso de las nubes sobre mi cerebro, cayendo y amenazando a la gente; es como si Tlaloc quisiera castigarlos por su vida destructora y sangrienta; el dios de la lluvia les envía un escudo de plata que no deja pasar la luz de Tonatiuh.

mg2 dice: además Quetzalcoatl no está en casa, se fue de vacaciones a Cancún y dice que igual no regresa para acá en un rato, que lo tenemos harto

mg2 dice: sigo caminando sobre el gris de las banquetas, que sin basura, me parecen más una maqueta en la que somos los muñequitos dispuestos a mantenerse en donde se les coloque

mg2 dice: Estoy empezando a odiar el gris, aquí todos visten de colores chillantes pero sus rostros son blancos, negros, amarillos, cobrizos, rojos, mulatos, todos diferentes, pero siempre con una capa delgada de olvido que los tornan en el tedioso gris que me invade el ánimo

mg2 dice: Todos están tristes; hace cuatro días no ven a Tonatiuh y saben que han sido castigados… en los parques la gente trata de alegrarse y por momentos lo logran. Hasta se olvidan de los peligros que pueden existir en el parque central.

mg2 dice: yo por mi parte, escucho música en mi walkman Made in China y camino como "delincuente", sobre el "césped". Voy hacia la zona de tiendas, quiero observar las luces de colores en los escaparates, el reflejo de la añoranza sobre las mejillas de las mujeres blancas, transparentes como una tela porosa en la que flotan las pecas y sus ojos azules… son muy raros, hay algunos realmente intensos pero hay unos que más bien parecen un cuerpo sin alma.

mg2 dice: Todas las güeras ríen en bola como si el aire les contaminara el cerebro. Todas se acercan a los escaparates y observan los vestidos de 700 dólares, los pantalones de 3000, los abrigos en OFERTA de 10 mil, y de pronto entiendo que las mujeres que realmente compran bajan de su auto y entran directamente en la tienda, las empleadas de la boutique las saludan, como hace Doña Mari cuando voy a su miscelánea...

mg2 dice: No creo que se pregunten por sus familias, no se ve tanta confianza entre ellas; más bien es como si entraran en una tienda donde saben cómo van a actuar las empleadas, casi todas inmigrantes, mestizas, chinas, chicanas y mexicanas, saben que las adularán por un momento, que pondrán a sus pies todo lo que tenga precio.

mg2 dice: Me pregunto ¿cómo me tratarían si entrara ahí? Y me veo igual que las mantas blancas donde flotan las pecas y los ojos azules, con la tarjeta de crédito en la mano mientras las empleadas me lamen el culo y me halagan para que compre…

mg2 dice: si llevo la tarjeta seguro que eso pasa, sólo que mi piel es cobriza y mi cabello tan negro como la noche que invade las calles grises... de hecho cuando voy a la tienda, a los malls, a los super enormes complejos comerciales, soy invisible porque mi cabello no brilla como el sol, porque mis ojos son del color de la noche, porque mi ropa no es el de una heredera...

mg2 dice: Si supieras lo difícil que es vivir en el Bronx con este color de piel y este color de cabello.

mg2 dice: Es como si viéramos una persona con el cabello naranja, a huevo que lo ves. Así somos los mexicanos aquí. No podemos escondernos. No podemos disfrazarnos. Estamos chiquitos. No se puede pues, sólo queda correr cuando se escucha el silbido de alerta. El silbido de la migra que viene por quien se pueda, nomás pa´ justificar el sueldo.

mg2 dice: A veces me pregunto cómo acabé aquí.

mg2 dice: No me acuerdo en que momento decidí brincarme la barda.

mg2 dice: Me daba miedo la idea de pensarme perdida en el desierto; tuve que aceptar tener relaciones sexuales con tres de la migra para que me soltaran; luego también tuve que acostarme con el pollero para que me dieran por desaparecida sus jefes por que las tarifas de la pasada estaban chonchas y vivía como esclava.

mg2 dice: ¿Cómo llegué aquí?

mg2 dice: Las mujeres sonríen y las pecas flotan y brincan sobre sus caras rosadas; las mujeres de afuera muerden sus labios con envidia. Algunas observan con cierto resentimiento. Otras son silenciosas espectadoras de mujeres perfectas envueltas en vestidos y telas costosas, inaccesibles, fuera de su alcance.

mg2 dice: ¿Cómo llegué aquí? ¿Sabe alguien de mí? ¿Me recuerdan allá?

mg2 dice: En las fiestas era la que mejor bailaba. Era la más bonita. Era la más alta. Era la más blanquita, jajajaja, blanquita…

mg2 dice: Uyyy tengo que irme, ya se anuncia la hora del resguardo, sobre todo si vives en el Bronx y si eres mexicana… saludos a la Marcela, dile que eduque bien a su crío y que si se anima le mando dinero para que se pase la barda, pero que no traiga al crío porque aquí no hay vida, no hay tiempo, sólo hay filas de segundos que se escurren por los años, mientras le seas útil a los güeros. Besos a mamá Chabela, dile que vaya por su dinerito y que termine de construir el cuarto de mis hijos... adiós

ELIGIENDO DESTINO

ELIGIENDO DESTINO, Monica Gameros
Quinto cuento publicado en 2010,
libro ESTALLIDO,
edit. Cascada de Palabras, cartonera


I
Sus pasos se deslizan junto a los míos sobre la grasienta acera. Camina como todos lo hacemos: sin espacio en el suspiro apretado. Le gusto a pesar de mis huesos. Lo conocí cuando me uní a una pandilla de niños de la calle hace cinco años. Ahora me llaman la bicha, sobre todo, por robar carteras en el metro rozándoles la cola a los perros que robo.

Caminamos como ejercito, nadie viaja en auto, pero los autos están ahí todo el tiempo, devoran el terreno, navegan, se estrellan, nos arrollan y vamos por las calles con las manos en los bolsillos, sintiendo el vacío entre los dedos con los que nos gustaría apretar el estomago.

Dos cuadras adelante, a nuestros pasos se unen los del buggy, viene a calentarnos los pies por la noche mientras fumamos. Después de treinta minutos y dos litros de charcos en los calcetines, saltamos por la coladera abierta y caminamos varios minutos por los túneles del desagüe para entrar a casa, al penjause como le digo nada más para hacer más ligera la miseria. Ahí su voz retumba en ecos…

-Si te explico, no me vas a entender, ¿qué quieres? No consigo nada. No es fácil. A veces es más rápido pedir de a pesito, pero de eso ¿tú qué? No ves nada.

- Yo también traigo dinero o comida. No te enojes, hemos estado peor.

- ¡Ya cállate! Me encontré 20 pesos en la esquina de la tienda, nos alcanza para cuatro churros, vamos. . .

Acepto. Fumando se aguanta más el hambre y tengo 16 años. Quiero al Alex, es como una mazorca desgranándose y verlo en silencio siempre me desmorona. De regreso al penjause, estoy sentada sobre los tobillos con la vela encendida para forjar cuatro marleys, me rodean la colchoneta vieja, varios cobertores rotos y algunas cajas de cartón que hacen las veces de cajones para ropa y mesa para comer.

Mientras forjo nuestros afrodisíacos, Alex ve las fotografías que tenemos de los viajes costeados con las ganancias de los robos y los trabajitos de diller. La música sale de la panza de un oso de plástico, damos dos o tres aspiraciones profundas. Ambos tratamos de evadir el hambre.

- Fúmale. Imagina que somos ángeles y tendremos sexo mientras flotas…

Aspiro el humo del churro y el ángel desterrado me penetra. Las gotas de agua resbalan por las paredes de la coladera donde el silencio muere aplastado por mis jadeos, lejos de la vida a la que renuncié, cansada y asqueada de la rutina de la vida clase mediera...

-Sería mejor morirnos, no podemos con nosotros... repite Alex mientras se aferra a mis caderas para llenar el centro de mi abismo

-¿Cómo crees?, busco un poco de esperanza y le susurro: hay que salir de esto, ¿no?

Alex me mira, frunce el ceño, me coge salvaje, me grita su furia y la pinta de rosa para que parezca amor. Yo sé que en el fondo me considera débil, inocente a pesar de todo, sólo él. Soy nada, soy silencio, vágina, sudor, dos carrujos, tres líneas… al final de todo, para él soy una pendeja ignorante.

-Me gusta pensar que las cosas pueden cambiar, que no somos basura, que tenemos casa, carro y perro...

-Apaga ya la vela, dices puras pendejadas... me susurra mientras se aferra a mí cadera.

"Bugy" nos calienta los pies, el hambre desparece y dormimos; mañana hay que robar carteras y traficar droga para comer y pagar a los fiadores del semáforo, del metro, de la banqueta, de la vida en la calle.


II
“Se solisitan ayudantes jenerales”, dice el cartel... Alex ve sus manos temblorosas.
-Mejor otro día, orita se me nota que estoy bien coco...

Al día siguiente El Alex habla como loco, imagina y planea su carrera:
-Le voy a echar ganas, sí le chambeo en mis descansos me gano una lana extra, ya no quiero tener miedo de que nos levanten, aunque, a veces pienso que es más fácil de cuico.


III
El hedor de los periódicos viejos apilados en las paredes de la diminuta oficina del sindicato tiene un ídolo que hipnotiza con el clásico de todos los años; los rayados han metido un gol y los otros corren como gallinas tras la pelota, buscan conquistarla sin mucho éxito, más bien, con güeva. El Alex se desespera cuando ve a los encargados embobados con el juego y de pronto, casi con un tono estridente reclama.

-Pero sí apenas gano, mejor primero defiéndanme y luego les pago, ya ven que al cabrón se le ocurrió no darme la mitad de la semana nomás porque tiene bien hinchados los güevos...

Las miradas se agarran de la pantalla como alfileres a una manta. El clásico continúa con engorrosos pases de pelota y derroche de tiempo para extinguir lo que queda del mediocre juego, Alex busca respuesta.

-Bueno les pago pero si me corren ¿qué van a hacer?...

Una condición es pronunciada por uno de los hombres. El gordo mueve los labios como quien mueve una lápida pesada...

-Sí hombre yo voy a las marchas que quieras, pero ¡ayúdame!


IV
Los gritos frente al edificio de gobierno se van apagando de a poco. Las gotas de lluvia humedece las mantas y los zapatos sólo encuentran el agua que se cuela por los agujeros de los tenis del Alex.

-Yo no sé qué hago aquí, estos cabrones no saben ni por qué estamos aquí, nadie sabe porqué grita... es un desmadre.

Una macana lo sorprende y la sangre chorrea, Alex no sabe si correr o quedarse quieto. Una mano lo jala, es el líder sindical. Los tenis raídos se mueven al compás de otros y la carrera se prolonga hacia la zona sur de Tepito. El Alex sabe que si entra ahí, nadie lo agarra y por el drenaje puede llegar hasta el penjause.

Alex grita “así no vamos a salir de la miseria, esos hijos de puta” y busca entre varias opciones la solución, -Tiene que ser una que deje mucho y no cueste gran cosa. Alex revisa el archivo de su memoria laboral: albañilería, plomería, electricista, gasero, tortillero, putito.

-De plano es más fácil de caco... ¿o de cuico?... ¡Es igual!


V
Escucho el relato del Alex. Me dan ganas de llorar al ver la herida y le escucho desesperado, mientras limpio su sangre: -Una patrulla me cuesta una lana, una bicla me la quitan, si me ando a pata los cabrones me asaltan, si no pago mi cuota me sacan del negocio...

-No te preocupes ya veras cómo puedes con lo de las “cuotas”

-Ay no cabe duda que eres una pendeja, a veces creo que te haría un favor si te mato, no sé que sería de ti sin mí.


VI
El mareo persigue el alboroto de su corazón al besar mis senos, la taquicardia parece una centena de caballos desbocados; me transformo en cintas de las que Alex sostiene sus ganas de salir corriendo. Soy un gusano que besa y devora su cara; él no se aparta; quiero huir del fantasma en medio de mis piernas antes de que se hunda hasta ser devorado.

-Mátame ya no quiero esto

-Y yo qué, ¿me dejas solo?

-Será más fácil para ti

-¡Estás loca!

-Tú dijiste que lo harías porque me quieres... ¡Hazlo!

-No mames, no puedo . . .

Alex termina por dejarlo todo; fría, me deja archivada en un rincón del penjause. Se va sin llamar al buggy, acomoda su cinturón y decide su destino:

-¡Sí, de plano, es más fácil de caco!




NOTA: Por aquello de los signficados
Caco: ladrón
Cuico: policía

viernes, 8 de julio de 2011

lunes, 4 de julio de 2011

Estación Fin del Tiempo



ESTACIÓN FIN DEL TIEMPO
by Mónica Gameros
Editorial Start Pro
Colección DESTOSDEMEDOS
México 2008



EMBOSCADA

Atrapada me encontré entre las páginas
de ese viejo libro tuyo.

Sostenida de las palabras que una vez señalaste
porque las sentiste tuyas.
Sostenida para quedarme,
y aquí sigo
porque una vez sentiste
que era tuya.

Soy un pétalo seco entre páginas,
una sombra que, de perfil,
te espía desde los renglones de este viejo libro tuyo.

Soy un suspiro de tu memoria marchita.
Entre renglones me resguardo del veneno
de tu desquiciada ansiedad,
de tu temor añejo,
de tu fobia al amor,
de tu pánico a la humedad de un beso,
a la vida que te llama y no claudica.


SILENCIO

Dos gaviotas planean en el filo del brillo de tus ojos;
las observo a través de la mirilla de mi revolver,
mientras se hunden en el resquicio de mis besos
y se dirigen al abismo de mi boca llena de agua marina;
mar abierto en el que las palabras flotan a la deriva
como dos veletas que navegan
al antojo del viento que seca tu mirada,
viento al que las gaviotas impulsan con sus alas.


ETERNIDAD

Un roble se cae y otro se yergue
para besar las mejillas del cielo



SUPUESTOS

Se supone que me olvidarías y que yo me aburriría,
y no hacemos más que dormir abrazados
como si temiéramos perdernos;
como si por soltarnos
no pudiésemos volver a escuchar el zumbido de nuestras risas;
como si nos amenazara algo que ya conocemos,
algo que siempre duele,
algo que por ser tú,
es todavía más aterrador.

¿Qué hacemos?
Yo antes era una anoréxica sentimental y tú,
sólo un bulímico de la esperanza perdida.
Ahora somos dos caníbales amorosos;
compulsivos, reímos sin descanso.

¿Qué hacemos, si el amor ya no es light?
¿Qué se puede hacer?

Se supone que lloramos para evitar la crispación, el odio…
y en realidad, ni en sueños queremos separarnos.

Se supone que nuestros ojos desangran la realidad
porque somos forenses de las porquerías de la humanidad…
Se supone que así podemos recordar lo que es la vida.
Y ahora no hacemos más que dibujar nubes,
pintar atardeceres incendiados
y describir al amor, enredados como caracolas.

Se supone que nos abrazaríamos un instante,
que esperaríamos el Apocalipsis,
como quien ve un juego de beisbol,
y no hacemos sino lamernos la hiel
y endulzar nuestros sueños.

¿Qué hacemos?
¿Horneo tristeza mientras me follas?…

Olvidé decirte que en vez de canela,
a la tristeza que horneo
le he puesto aceite para la adoración;
que he perdido la receta
y que, en el colmo de toda mi desmemoria,
olvidé que hoy es tu cumpleaños…

¿Qué hacemos?
Se supone que nos empalaga el meloso amor.
Y en vez de eso,
el polvo de tu mirada,
la fatalidad de tus besos
y la melaza en tu saliva,
parecen mezcla para pan francés,
y no sé si comerlo todo,
guardarte un poco o tirarlo a la basura.

Estoy confundida.
Se supone que somos dos locos que solían caminar solos
y ahora no soltamos nuestras manos
para no desoldar nuestras sonrisas.

Se supone que somos dos faros
y nos hemos convertido en dos astros
que dibujan el Oasis en medio del caos.



contacto: monicagameros@gmail.com

viernes, 1 de julio de 2011

Caída libre



By Mónica Gameros
Editorial Start Pro
Colección DESTOSDEMEDOS
México 2007


C A Í D A L I B R E Caída sin temor hacia lo más profundo del vacío que nos invade
y nos obliga a cerrar los ojos,
como si cerráramos la puerta
ante la llegada de un tornado y con eso,
pudiéramos evitar la
C A T Á S T R O F E.

No hay preguntas sobre la caída libre,
sólo se sabe que domina a aquellos
que tienen la desventaja de no poder dormir despiertos,
de no poder arrancarse de la mente,
el idealismo puro
de la L I B E R T A D.

Se les llama desadaptados,
solitarios, amargados,
depresivos, suicidas, rebeldes…
y en realidad son kamikazes de la vida,
de la idea del BIENESTAR.

Nihilistas, van de puerto en puerto,
de nave en nave,
buscando al náufrago, al clandestino,
al migrante de la razón,
siempre en dirección a la L O C U R A.

Caída libre sin temor,
sólo para ser saboreada,
contemplada,
en su absoluta V E R D A D.

Sin paracaídas,
es más excitante



En fuga ¡Mira, obsérvalo con calma!
Con paso lento, posa tus ojos sobre él.
¡Escucha el sonido de su desintegración!

Shhh, Susurra…
¿No lo escuchas?
Es el tiempo que se resbala;
que se va sin que puedas hacer nada.

Se resbala, se escurre, se escapa…
se fuga en finos hilos luminiscentes,
a máxima velocidad,
se te va por las grietas de tu mano rota.



Presagio Es curioso,
Impulsé con mi aliento una sola palabra
y al llegar ésta a tu cara, se quebró inmediatamente.
La vi romperse, letra por letra.
Se transformó en astillas y luego en estrellas.




Libro completo en línea
http://es.netlog.com/groups/PoesiadeMonicaGameros/forum/messageid=857617